Hoy la celinda se mece última en mis manos,
a lo lejos,
lejos de aquí,
tan blanca como el fuego en el fuego,
tan última como la
nostalgia fugitiva.
Hoy en el viento hallarás el vació mió –que aroma triste-
porque mis ojos te buscan allí, lejos de la vida. La vida eres tu.